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Vietnam

Capital : Hanói

Superficie: 331 212 km2

Población: 91 679 733 (2013)

Idiomas oficiales : Vietnamita

Religiones: Taoismo, budismo, confuncionismo

Moneda : Dong (1€ = 24607,02 VND / 1000 VND = 0,04 €) (30/10/2015)

Prefijo telefónico : +84

Diferencia horaria : +5h en verano, +6h en invierno

Vacunas aconsejadas : Hepatitis A, B, tifus, encefalitis japonesa 

Malaria: No

Visado: No

Hanoi (30/06 - 03/07/2016)

Nuestro primer avión (70€/p, 2h, Vietjet Airlines) nos lleva hasta Ho Chi Minh donde pasamos la inmigración sin ningún problema haciendo el visado al llegar.

Para poder hacerlo, hemos comprado una invitación por internet (12$/p) que tarda 48h. Luego hay que imprimirla, rellenar un formulario, dar una foto carnet y 25$ (parece ser que esta solución es más fácil que hacer el visado en la embajada de Vietnam, y además es más económica). Si no se lleva foto, la hacen allí por 5$, y si, como nosotros, no se llevan dólares, también cogen los euros, pero a un cambio poco rentable, 1€=1$ (si no se lleva nada de dinero encima, también se puede sacar dinero en un cajero al llegar y pagar con la divisa de Vietnam).

 

Después de 5h de espera en el aeropuerto una sala completamente abierta al exterior y con muy pocos asientos, cogemos el 2° avión (60€/p, 2h, Vietjet Airlines) dirección Hanoi.

 

Al llegar sabemos que hay dos autobuses de línea que van al centro (n° 7 y 17, 7.000 Dongs/p), pero como estamos cansados por haber pasado la noche en el aeropuerto, seguimos el consejo de la atención al cliente del aeropuerto y subimos en un minibús que nos deja al sur del lago situado en el casco antiguo de Hanoi (1h 40.000D/p).

En cuanto bajamos del minibús nos damos cuenta que la ciudad no está pensada para los peatones: las aceras están invadidas de scooters, es imposible cruzar la calle y las únicas personas que andan son los turistas.

 

Dejamos las cosas en el Real Hanoi Hotel, un buen compromiso ya que está limpio, céntrico (pero lejos del ruido ya que se encuentra en una callejuela) y barato (10€/habitación doble).

 

Salimos tan rápido como hemos llegado a descubrir esta bulliciosa ciudad y sus innumerables vendedores ambulantes. Saliendo del centro hiper turístico llegamos a la hora de cierre del mercado Dong Xuan donde nos dejamos tentar por unos lichis entre todas las frutas que venden (20.000D/Kg).

A pocos metros de allí, nos paramos en un puesto de la calle donde sirven platos de arroz acompañados de carne y verdura (25.000D) y Bia Ha Noi, la cerveza de Hanoi (10.000D/botella).

Completamos la cena con un Banh My (palabra que viene del francés “pain de mie”), bocata de paté, similar a los que ya probamos en Laos aunque no tan buenos (20.000D) y también unos bollos fritos que nos quieren vender a 100.000D y que compramos a 10.000D después de negociar a penas unos segundos (típico de los barrios turísticos).

 

El cansancio del viaje hace que abreviemos la visita y nos vamos a dormir al hotel, además mañana por la mañana llega nuestro amigo Thibault (Tibo para los intimos) que viajará con nosotros durante 3 semanas.

 

Sobre las 9h alguien toca a la puerta y, sorpresa! Se trata de Tibo, cansado de un largo vuelo y el cambio de horario.

Después del rencuentro, dejamos que Tibo descanse un rato y salimos a pasear alrededor del lago de Hanoi aprovechando para probar algunas de las especialidades del pais: rollitos de primavera, una especie de empanada de huevo, un Banh bao (bollo relleno al vapor muy similiar al Baozi taiwanés).

El clima sofocante, la dificultad a moverse por la ciudad y la omnipresencia de occidentales (ya no estábamos acostumbrados desde que nos fuimos de Laos 4 meses y ½ antes) hacen que nos resignemos y que volvamos al hotel.

 

Despertamos nuestra Bella Durmiente y salimos a explorar el entorno. Pasamos por el templo confuncionista Bach Ma, volvemos al mercado a comprar mango y rambutanes, contemplamos la calle mientras tomamos un Nuoc Mia (zumo de azúcar de caña, 10.000D) y un Che Do Den Hat Sen (bebida de alubia roja con semillas de lotus, 5.000D). Erramos por las calles sin destino fi jo hasta que nos encontramos por casualidad con Paul, un amigo del hermano mayor de Luc que se ha instalado en Vietnam. Tras compartir con nosotros los mejores lugares de Vietnam que ha visitado, quedamos en verle más tarde y volvemos al hotel para refugiarnos del calor y del ruido del casco antiguo de la ciudad (que, según Paul, no representa el verdadero Hanoi).

 

Tibo nos ha traido queso y vino para que nos podamos olvidar unos instantes de lo lejos que estamos de casa. A penas terminamos de degustar nuestro regalo, Tibo se acuesta, victima del cambio de horario, mientras que nosotros salimos con Paul a un Bia Hoi corner a 200 m del hotel (Cerveza de barril) a un precio inmejorable, 5.000D el tercio.  

 

Después de que Paul nos dé más información y habernos impregnado “de la cultura local”, nos dejamos caer en nuestra cama.

 

Al dia siguiente empezamos con un desayuno (ligero) en el hotel antes de ir a visitar el Memorial House “87 Ma May” (10.000D), una casa tradicional vietnamita en la que no hay muchas explicaciones por lo que la visita no es demasiado interesante.

Nos alejamos del casco antiguo esquivando como podemos los scooters; moverse en esta ciudad andando es una odisea! Llegamos al bonito templo de la Literatura Van Mieu (10.000D), templo confuncionista rodeado de jardines y estanques con lotus en flor, todo un oasis de tranquilidad en medio de la agitación urbana.

 

Antes de continuar hacia el Memorial de Ho Chi Minh, recargamos las pilas con un Pho (que también viene del francés, “pot au feu”), sopa de fideos con verdura y ternera, uno de los platos más conocidos de Vietnam.

Solo conseguimos ver el Memorial por fuera ya que el edificio abre únicamente al público por la mañana asi que tendremos que volver (o no) si queremos visitarlo.

 

Nuestro camino nos conduce hasta el jardín botánico donde nos embebemos de la cultura vietnamita: descansamos a la sombra de los árboles mientras tomamos un café tan fuerte que hubiera sido imposible beberlo si no lo hubiéramos dejado diluir con hielo!

Con las pilas cargadas, damos una vuelta por el parque que no presenta mayor intéres, anes de ir a la ciudadela Thang Long (30.000D/p). En ella hay una colección de bonsáis, un antiguo búnker   americano y, sobretodo, unos bonitos edificios de la época.

 

De camino de vuelta, aprovechamos para comparar los precios de diferentes agencias de viaje (hay muchísimas) para ir a Halong Bay. Los tours más económicos cuestan entre 60 y 70$ por una ida y vuelta en autobús con un “crucero” de 2 días en la baía, incluyendo una noche en cabina, comidas y varias visitas y actividades. Elegimos el crucero de Golden Sand y salimos 70$ más ligeros.

Para cenar vamos al restaurante Bun Bo Nam Bo para cenar su especialidad: el Bun Bo (que nosotros conocíamos en Europa con el nombre de “bobun”) (60.000D/p), fideos con ternera y verdura espolvoreado de cacahuete picado. Salimos bastante decepcionados porque cuando estamos en casa a veces preparamos este plato y nos sale mucho mejor…

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Halong Bay (03 - 04/07/2016)

Al dia siguiente al autobús pasa a buscarnos sobre las 8h. En total somos una veintena de turistas, al llegar, nos llevamos una agradable sorpresa al saber que nos han colocado en un crucero de mejor categoría, el Golden Sun, por el que nuestros compañeros de viaje han pagado unos 30$ más que nosotros.

Después de 3h de minibús llegamos a puerto donde podemos confirmar lo que nos temiamos viendo la cantidad de barcos que hay, la baia de Halong es super turística! Por lo que nos han dicho, estamos en temporada baja y “sólo” hay 200 barcos en vez de 700 en temporada alta…

 

Del autobús cogemos una barca que nos lleva hasta el barco. Después de 2h navegando y una comida cumplida, paramos en un lugar donde se encuentran ya muchos otros barcos.

 

Desde allí, salimos a vistiar la “amazing cave” que resulta impresionante por su tamaño ; luego vamos  a la playa Titop, a rebosar de turistas. De este último lugar, salimos a hacer un “trek” (así lo llama nuestro guía) que es, en realidad, la subida de unas escaleras hasta lo alto de una colina con vistas a la baía subiendo toda una retafila de turistas.

 

Para evitar la gente y el calor, nos quedamos poco tiempo y bajamos a meternos en el agua en la playa. Unas brazadas después, Tibo sale del agua corriendo, le ha picado una medusa; le quitamos los filamentos que ésta le ha dejado sobre su cuerpo dejándole marcas rojas. Aunque para acceder a la playa hay vigilantes y hay que pagar, el único kit de primeros auxilios que tienen es un pequeño limón por el que le quieren hacer pagar 10.000D… La experiencia no ha quitado las ganas de volver al agua.          

 

Con el tour que habíamos contratado en la agencia teníamos incluido un open bar de Bia Hoi durante una hora; pero al habernos cambiado a un barco mejor, nos intentan convencer de que tenemos mucha suerte, aunque no tengamos el open bar. Sin embargo, no perdemos el norte y negociamos algunas cervezas gratis para compensar la pérdida.

Terminamos la noche intentando pescar un pulpo con una caña bajo la luz de un faro del barco. La poca convicción de la tripulación nos hace darnos cuenta de que esta actividad la hacen para ocupar a los turistas, que tienen más probabilidades de pescar una bolsa de plástico que un molusco.

 

Al dia siguiente nuestro barco no se ha movido desde que lanzó anclas ayer. Empezamos las actividades previstas a las 7h45 con una vuelta en canoe alrededor de una isla durante 45 minutos… acompañados de muchos otros canoes.

Luego liberamos las cabinas del barco antes de participar a un “curso” de cocina que consiste en enrollar unos rollitos de primavera que, con los ingredientes que nos dan, no tienen mucho sabor.

Nuestro barco entra a puerto mientras terminamos de ingerir nuestra comida antes de que coger el autobús que nos deja en Hanoi sobre las 17h.

 

En princpio queríamos visitar Halong Bay por nuestra cuenta, sin pasar por un viaje organizado. Pero ante la dificultad de explorar el lugar donde todo está previsto para grupos, hemos cedido a la facilidad que ofrece una agencia de viajes, ahora nos arrepentimos de haberlo hecho. Cierto, el lugar es bonito, pero si se quiere uno evitar el calvario de viajar en grupo, no hace falta ir allí ya que el crucero no presenta mayor interés, si es que se puede llamar crucero.

 

Desde el centro de Hanoi, cogemos un autobús con términus la estación de autobuses de My Dinh (1h, 7.000D/p). Compramos unos billetes para un autobús de noche a Ha Giang (8h, 190.000D/p) que, en teoría, sale a las 19h pero que en la práctica sale a las 20h.

 

El asistente del conductor nos pide que nos acostemos en las camas situadas al fondo del autobús, supuestamente más grandes que las demás, pero no lo suficiente como para que podamos estirar nuestras largas piernas.

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Vuelta por el Norte de Ha Giang  (04 - 07/07/2016)

Sobre las 4h de la mañana llegamos a Ha Giang donde el autobús nos deja delante de la puerta de nuestro hotel en vez de llevarnos a la estación de autobuses situada a 6Km del centro…

 

Hemos venido a Ha Giang porque Paul nos lo ha aconsejado para salir a descubrir en scooter los paisajes del norte de Vietnam, esperamos igualmente poder encontrar un trek por la zona que sea menos turístico que los de Sapa (nos han dicho que en Sapa hay muchos turistas).

 

Terminamos la noche en el hotel Huong Thao 2 donde alquilamos 2 scooters Honda Wave semi automáticos (8$/dia).

 

Antes de emprender la carretera, cogemos fuerzas con un Bun Cha, pequeñas hamburguesas de cerdo con una sopa nuoc mam y fideos (30.000D), delicioso!

Para poder visitar la zona fronteriza con China hace falta un permiso (210.000D) que hay que pedir en la comisaria de policía, sin embargo, cuando llegamos, ésta está cerrada de 11h a 14h. Para no tener que esperar 2h, nuestro hotel nos aconseja de hacer el permiso en otro pueblo por el camino. Tras llenar el depósito (18.000D/L) salimos por las carreteras sinuosas.

 

Como hemos salido tarde, hemos previsto pocos kilométros para nuestra primera etapa y nos paramos a dormir en Ye Minh a 90Km de Ha Giang. A penas salimos de la ciudad nos damos cuenta de que no nos han mentido, la carretera está en buen estado, los paisajes son preciosos y variados. Sin embargo, el tiempo no está a nuestro favor y nos mojamos varias veces teniendo que ponernos y quitarnos sin cesar los chubasqueros. En un momento dado, cae un chaparrón mucho más fuerte y persistente que los otros y nos vemos obligados a refugiarnos en un edificio de mantenimiento de una antena de televisión donde nos invitan a tomar una taza de té.

 

Por el camino contemplamos los agricultores en los arrozales, nos cruzamos con manadas de búfalos, bandadas de patos, y por suerte, no nos cruzamos con ningún turista!

 

Ye Minh es un pequeño pueblo como todos los de la región: una carretera polvorienta atraviesa el pueblo donde se situan todos los comercios. Encontramos fácilmente un hotel (300.000D/3p) y salimos a cenar el mejor Banh Mi que hemos probado desde que estamos en Vietnam; la dueña del “restaurante” termina invitándonos a cenar con ella y sus dos hijas. Cuando su marido, médico del pueblo, vuelve de trabajar, nos invita a beber “happy water”, lo que no se puede rechazar, pero con moderación porque mañana tenemos que seguir conduciendo.

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Al dia siguiente recorremos 130Km en los que pasamos delante de varias presas de agua en construcción y atravesamos varios pueblos más grandes: Dong Vien, Meo Vac. Esperabamos ver bonitos pueblos, pero en realidad el interés que tiene el pasar por estas ciudades no es otro que el recorrido.

La jornada de hoy también ha estado pasada por agua, pero con el calor que hace secamos enseguida. Diez minutos antes de llegar hasta el pueblo donde nos vamos a parar para dormir, Bao Lac, nos sorprende un chaparrón que no nos deja tiempo a secarnos antes de llegar. Nos paramos en el primer hotel que encontramos (250.000D/3p).

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Ultimo dia con los scooters; aunque los paisajes son preciosos, nuestros traseros empiezan a sufrir. Terminamos la vuelta recorriendo los 130Km que nos separan de Ha Giang. La carretera en este tramo, si se puede llamar asi, está en un estado catastrófico, seguramente debido al denso tráfico, mucho mayor que en otros tramos.

Terminamos el trayecto bajo una ligera lluvia para no perder la costumbre.

 

En principio, hemos venido a Ha Giang con idea de encontrar un trek lejos de la multitud de turistas; con esta intención, Luc sale con la moto por la ciudad esperando encontrar una agencia de viajes en algún sitio sin éxito (a lo mejor ha pasado delante de alguno, pero es imposible saberlo porque los letreros son incomprensibles).

 

Nuestro hotel, Hung Tao 2 nos pone en contacto con un guía que, como queremos salir mañana, sólo puede proponernos un trek de 2 dias a 105$/persona que negociamos a 85$, tarifa propuesta para grupos de entre 4-6  personas, optando por un guía “que no habla tan bien inglés”.

Tras decontractarnos después de 3 días de scooter, salimos a ver la plaza con el monumento de Ho Chi Minh donde parece que la ciudad entera se haya citado para aprovechar del frescor de la noche, cada uno a su manera: coreografías, mini Segway, cochecitos con pedales para los niños…

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Ha Giang  (08 - 10/07/2016)

Como tenemos las motos hasta el mediodía del día siguiente, salimos por la mañana a dar una vuelta por Ha Giang.

Primero subimos a la colina que domina la ciudad, recorriendo andando las últimas centenas de metros por unas escaleras que nos conducen hasta un templo, pero sobretodo un mirador con espléndidas vistas sobre la ciudad; aunque parezca que se trata de poco ejercicio, el calor y el sol nos dejan K.O. y terminamos completamente chopados y buscando un pedazo de sombra donde cobijarnos.

Nos vamos rápidamente para refugiarnos en el mercado (parking 5.000D) donde aprovechamos para comprar fruta mientras que otros sucumben a la tentación de unas verdaderas falsas gafas de sol Rayban.

A final de tarde, salimos a probar la Bia Hoi (cerveza de barril) local en un pequeño “Bier Garten” pegado a las orillas del río.

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Nos levantamos a las 7h y a las 8h una persona del hotel nos lleva en coche hasta un pequeño pueblo situado a pocos kilómetros de Ha Giang donde nos reunimos con nuestro guía que nos conduce hasta un homestay donde podemos dejar las cosas ya que dormiremos aquí; enseguida nos damos cuenta que lo que vamos a hacer no es un recorrido, sino un circuito, por lo que no nos alejaremos mucho de la civilización. 

 

Enseguida salimos a conquistar la montaña bajo un sol de justicia. Cuando nos cruzamos con un grupo de agricultores que a las 9h30 de la mañana nos invitan a beber junto a ellos “Happy Water” (alcohol de arroz), nuestro guía nos explica que, en esta época del año, se celebra el fin de la cosecha del arroz de la región.

Avanzamos en medio de los arrozales en terrazas y de pueblecitos hasta la hora de comer donde nos paramos en una casa tradicional. Aquí, la gente también celebra el fin de la cosecha: la comida es copiosa y variada y toda la gente que ha venido a comer con nosotros nos invita a brindar con happy water mientras dicen “sup sucue!” que significa “de un solo trago”.

Cuando terminamos de comer, insistimos al guía para retomar la marcha, pero éste parece estar más interesado en seguir celebrando el fin de la cosecha, asi que salimos sin él. Unos minutos más tarde, llega corriendo y nos lleva por caminos poco marcados, algunas veces, se tratan incluso de bordes de campos de arrozales donde resulta difícil mantener el equilibrio, hasta tal punto que Luc pierde el equilibrio y se cae a la terraza de arrozal de abajo…. O será a causa de festejar el fin de la cosecha?!).    

Durante el trek, tenemos la posibilidad de poder plantar arroz. Con los pies en el barro, intentamos alinear los brotes de arroz dejando un espacio entre ellos de 20-30 cm. Nos se nos da mal y en poco tiempo hemos recubierto la parcela.

 

Continuamos nuestro camino hasta llegar al río que tanto estábamos esperando, donde aprovechamos para hacer secar nuestras camisetas sudadas al mismo tiempo que nos bañamos.

 

Después de 16Km andando, volvemos al homestay donde beneficiamos de una imprescindible ducha.

La cena es abundante, como al mediodía, y el happy wáter vuelve a hacer acto de presencia (la cosecha ha tenido que ser muy buena!). Hemos preparado para el postre una pequeña sorpresa para nuestro amigo Tibo, que celebra hoy su cumpleaños: una enorme tarta de cumpleaños perfectamente decorada.

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El segundo día de trek empieza bastante mal bordeando una carretera antes de tomar una bifurcación que serpentea la ladera de la montaña. El calor es insoportable y las sombras escasas. Hace tan sólo una hora que hemos empezado a andar y ya nos preguntamos si podremos continuar. Al final, nos tomamos la cosa con calma y haciendo pausas regularmente (o haciendo “scooter stop” para MC), conseguimos llegar hasta el final de la subida donde nos sumergimos en un riachuelo para hacer bajar la temperatura.

 

La pausa para comer (merecida) la hacemos en una bonita casa sobre pilotes, constituida de una única y enorme sala donde se cocina (con madera), se duerme (hay cortinas que sepran las “habitaciones”), se come, se almacena la cosecha del año… Lo más original es que esta casa posee un estanque con peces alimentados por el cuarto de aseo que lo sobrevuela… esto sí que es ser ecológico!

Cuando terminamos de comer, Tibo está saliendo de la casa cuando oímos un enorme crujido.

Nos precipitamos al exterior y vemos que uno de los peldaños de madera de la escalera se ha roto y Tibo ha pasado por el agujero… parece ser que la escalera no ha soportado el “peso europeo” y le ha hecho un corte en el pie que no para se sangrar. Por suerte, vamos equipados con desinfectante y algunas tiritas que le sacan de apuro hasta el fin del día.

Terminamos el trek en el borde de la carretera por la que estuvimos andando por la mañana. Nuestro guía nos invita a beber una cerveza, luego 2, luego 3… sin lugar a dudas, nunca hemos hecho un trek con tanto alcohol!

 

De vuelta al hotel, recogemos las mochilas y nos vamos a la estación de autobuses donde cogemos un autobús con camas para volver a Hanoi a las 19h (8h, 200.000D). Una vez más, nos piden ponernos al fondo del autobús, donde podemos estirar nuestras largas piernas europeas que sobresalen en el pasillo central.

 

Nos arrepentimos de no haber ido a Sapa para poder alejarnos más de la ciudad, aunque tampoco nos arrepentimos de nuestro trek, donde hemos podido codearnos con la gente local y ver magníficos paisajes. De todas formas, con estas temperaturas el esfuerzo físico no es recomendado, un trek más largo hubiera sido difícilmente soportable.

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Hanoi, 2a visita (11/07/2016)

Llegamos sobre las 3h de la madrugada al a estación de autobuses My Dinh de Hanoi. Un taxi nos conduce hasta el hotel Apt Ez Holidays (14€ habitación triple) en un barrio cercano a la estación de trenes. El barrio resulta más agradable que el casco antiguo, y sigue teniendo mucho ambiente a estas horas porque hoy es la final de la Eurocopa: Francia – Portugal. A penas dejamos las mochilas en el hotel cuando el partido se termina y los compatriotas de Luc terminan la noche desesperados.

Unas horas de sueño más tarde Luc va a la estación de trenes para comprar unos billetes para el tren de noche dirección Hue (14h, 650.000D/p para una cama dura en lo alto de una litera de 3 camas).

Tenemos una jornada entera en Hanoi antes de que nos vayamos. Queremos ir a visitar el mausoleo de Ho Chi Minh donde la primera vez llegamos demasiado tarde pero, como es Lunes, está cerrado.  

Cambiamos de planes y vamos a la prisión Hoa Lo que fue construida por los franceses para encerrar (y torturar) a los rebeldes con condiciones deplorables, luego fue utilizada por los vietnamitas para encarcelar a los americanos durante la guerra de Vietnam (o “la guerra de los americanos” como lo llaman los vietnamitas). La visita (30.000D) es un poco decepcionante porque la prisión es pequeña y hay pocas explicaciones en inglés.  

 

Como fuera el termómetro no para se subir, decidimos ir al museo de Bellas Artes (30.000D) del que nos han hablado muy bien, pero sobretodo que tiene aire acondicionado! Las colecciones son muy interesantes y permiten de retrazar la historia de Vietnam desde las influencias chinas hasta la guerra de Vietnam.

A las 20h vamos a la estación de trenes donde nos instalamos en una cabina con 6 camas. Las camas de arriba están bastante pegadas al techo y uno no puede sentarse; lo ideal (aunque más caro) son las camas de abajo donde hay suficiente altura para sentarse y tienen una mesa.

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Update
Hue (12 - 14/07/2016)

Hue es una de las antiguas capitales de Vietnam y alberga, por consiguiente, muchos vestigios históricos.

Bajamos del tren sobre las 10h de la mañana habiendo dormido correctamente. La estación está algo excentrada y andamos hasta el básico B&B Guesthouse (6€ la habitación triple) donde dejamos las cosas.

Tras levantarnos de la mesa sin terminar de haber comido en un resturante a proximidad del hotel donde esperamos más de una hora a ser servidos, mientras los vietnamitas de las mesas de alrededor son servidos antes, incluso llegando después de nosotros, recorremos los ATM hasta encontrar el que nos coja menos comisiones por sacar dinero. El problema en Vietnam es que ciertos cajeros no reconocen las tarjetas internacionales, o bien limitan la transacción a 2.000.000D (80€) con una comisión por transacción de al menos 2€ (el único banco que permite sacar hasta 8.000.000D sin comisión es el banco militar MB).      

 

Después de habernos resignado a pagar los gastos bancarios, nos vamos a visitar la ciudadela de Hue situada en el casco antiguo, del otro lado el puente que la separa de la mayoría de los hoteles. La entrada cuesta 150.000D, pero también se puede sacar una entrada combinada para visitar otros lugares; tras pensárnoslo mucho, nos decantamos por una entrada “Ciudadela + 3 tumbas” por 380.000D.

La ciudadela es un bonito complejo de edificios históricos y de templos, la disposición de ellos nos recuerda a la Ciudad Prohibida de Beijing. A parte de por estos edificios, también hay que ir para pasear por el parque o simplemente para beber un café helado a la sombra de un árbol.

 

Ya que estamos en el casco antiguo, aprovechamos para deambular por sus calles y jardines. Las casas no tienen más de 2 pisos y casi todas están pintadas de colores, podríamos creernos en un pueblo de América central fácilmente; sorprendrentemente, no hay nada que pueda atraer al turista como en el caso de Hoi An, lo que hace que el paseo resulte agradable (si hacemos abstracción de la cantidad de motos que pasan rozándonos).

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Al dia siguiente alquilamos unos scooters semi automáticos (100.000D) para ir a visitar las tumbas de los emperadores Nguyen, complejos funerarios al sur de Hue de la última dinastía que reinó en Vietnam hasta 1945.

Nos ha costado decidirnos en ir a visitarlos dado que, si se suma el precio de cada entrada, es algo caro.

 

La carretera para llegar hasta allí no es muy agradable ya que hay bastante tráfico y poco que ver.

Al final, estamos contentos de haber ido a ver las 3 tumbas siguientes: Minh Mang, la más grande y bonita con un estanque; Khai Dinh, pequeña pero sorprendente ya que es de estilo barroco y está construida con hormigón enegrecido por el paso del tiempo; Tu Duc, la que menos nos ha gustado porque estaba en rehabilitación cuando fuimos, sin embargo, está rodeada de un pequeño bosque tranquilo donde se puede palpar la paz del lugar.

 

Continuamos nuestra ruta con el scooter atravesando el centro de Hue para ir hasta la playa de Thuan An. La carretera para ir hasta allí está llena de obstáculos debido al intenso tráfico y a la ausencia de normas de tráfico.

Después de algún que otro susto, llegamos a la playa que resulta ser como todas las playas de pescadores: sucia y poco atractiva. Pese al olor extraño del agua, Luc se mete en el agua y parece salir indemne.

De camino de vuelta, pasamos por las oficinas de Motorvina, alquiler de scooter “one way” para ir a Hoi An (25$), nuestra próxima etapa a 130Km al sur.

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Por la mañana nos traen los scooters a las 9h pese a haberlos pedido para las 9h45… Las mochilas se quedan en el hotel ya que pasarán a buscarlas para llevarlas a Hoi An.

Los scooters son los peores que hemos alquilado en Vietnam y los neumáticos están muy usados, lo que notificamos al empleado de Motorvina declinando toda responsabilidad en caso de que pinchemos (el contrato que hacen firmar nos hacia responsables de todo tipo de reparación o de accidente).

 

Salimos tomando la carretera A1, una especie de autovía vietnamita muy frecuentada, el calor es cada vez más intenso conforme pasa la mañana. Al cabo de 20Km, tras una pausa para hacer una foto, Tibo nos señala que tenemos un neumático pinchado.

Cerca de allí, encontramos un “taller” que cambia la cámara de aire en 30min (100.000D, precio que Motorvina nos deduce del alquiler de la moto).

Los 60 primeros kilómetros no son muy interesantes y hay bastantes coches. Luego, la carretera se divide en dos dando paso a una carretera de montaña prácticamente reservada a los turistas en moto. Esta serpentea lo largo de la costa, con aguas azul turquesa. Después de la Hai Van Passe, donde hay magnificas vistas de la baia de Da Nang, la carretera baja hasta Da Nang siguiendo la costa hasta llegar a Hoi An. Hacemos una parada rápida para bañarnos en la playa de Hoi An que no presente mayor interés, pero por lo menos está limpia.

Para terminar, atravesamos las calles turísticas de Hoi An atónitos: cuando no se trata de un hotel, lo que hay es una tienda de souvenirs, los turistas se pasean en bañador por la calle…

 

Llegamos por fin al Vinh Huy Hotel (15€ habitación triple con piscina) donde nos refrescamos esperando que nuestras mochilas lleguen a las 18h. Tras tener que llamar a las 19h, nuestras mochilas llegan, excepto que nos traen una mochila que no es la de MC…

Pero quienes son estos principiantes que nos venden un servicio sin ser capaces de realizarlo correctamente?! Por supuesto, no recomendamos Motorvina, pero son los únicos que proponen este trayecto.

 

Después de tanto rato esperando, salimos un poco enfadados y nos cambiamos las ideas con una Bia Hoi, probablemente la más barata de Vietnam (3000D/vaso en el Café 43 y el Café 41).

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Cham Islands (15 - 19/07/2016)

Queremos ir a la isla de Cham, frente a Hoi An, a pasar los próximos días. La mayoría de la gente va al puerto de Cua Dai (a 8Km del centro) para coger el ferry; otra alternativa es el speed boat que cuesta por persona 250.000D la ida (200.000D la vuelta) y sale entre las 7h y las 15h, después el mar está demasiado agitado, duración 20 minutos. Como no queríamos levantarnos muy pronto, nos informamos de la salida del ferry la noche anterior y descubrimos que también se puede coger desde el centro (al final de la calle Nguyen Hoang).

Como nos indicaron ayer, llegamos para coger el barco a las 7h, pero éste sale a las 7h30 (tendrá retraso porque han tardado en cargar la mercancía?).

Embarcamos de los primeros y conseguimos así tener asientos libres. Nos piden de pagar 150.000D/p, caro para el coste de la vida (los locales sólo pagan 30.000D). Algunos turistas que, como nosotros, han leído en la guía o en internet que el barco cuesta 100.000D, intentan sin éxito negociar. Parece que el precio del ferry es más bien 150.000D para los turistas actualmente…

 

El trayecto entre el casco antiguo y el puerto de Cua Dai es agradable, podemos admirar los paisajes, los campos de alrededor y los pescadores bajo el techo del barco que nos resguarda de un calor ardiente. Llegados a Cua Dai, el ferry se para para recoger a otros pasajeros que no tendrán tanta suerte como nosotros y tendrán que sentarse en el suelo. La travesía dura en total algo menos de 3h.

 

Cuando llegamos al puerto de la isla de Cham (Tan Hien), nos llama la atención tanta agitación y tanta gente, la isla se supone que es un sitio tranquilo donde poder descansar. Nos daremos cuenta que, sobre las 10h, prácticamente todo el pueblo sale al puerto: el personal de los hoteles, los taxi-moto para encontrar clientes potenciales o para recuperar mercancía, los vendedores para intentar vender algo al turista que acaba de llegar, los habitantes para ir al mercado cotidiano (6h-13h), los barcos que proponen la vuelta a la isla…

   

Entre tanta muchedumbre, percibimos un panel con nuestros nombres que sostiene la gerente del hotel, que ha venido a buscarnos, y que nos recibe con un zumo de caña. Luego nos conduce hasta el Trang Vu Homestay, a 10 minutos andando (8€/ habitación doble). La localización del hotel nos parece perfecta: cerca del pueblo pero lejos del ruido, a 5 minutos andando de la playa principal. Además, los precios que practican son razonables en comparación con el resto de la isla, que es más cara que el continente (desayuno/comida: 30.000D; cena: 60.000D; agua 1,5L: 10.000D; cerveza 66cL: 10.000D).

 

Como nos hemos levantado pronto y que el calor es insoportable, nos echamos una siesta antes de ir a la playa. La playa es bastante grande (400m), de arena fina rodeada de palmeras (perfecto para resguardarse del sol). Pero el agua no está tan bien: prácticamente toda la orilla tiene la zona de baño restringida ya que el resto lo ocupan los speedboats que llegan con muchísimos turistas que vienen a pasar el día, y que, algunas noches, colonizan también la playa con tiendas de campaña.

Aunque no es como esperábamos, nos metemos en el agua a 30°C, temperatura que sigue siendo más fresca que la temperatura ambiental. Luc prueba a hacer snorkeling con unas gafas de bucear que le han dejado en el homestay, pero no hay gran cosa que ver.

Por la noche, probamos la cena del homestay que, aunque más cara de lo que pudiéramos encontrar en la calle, también es mucho más variada y copiosa. La única pega es que hay que pensar en prevenir por la mañana para que puedan ir a comprar al mercado, sino lo único que tienen son noodles.

 

Por la mañana, nos despierta a las 5h el vecino de al lado que empieza la jornada laboral aplastando latas, luego nuestros vecinos vietnamitas que, como en muchos países asiáticos, no les molesta que haya gente durmiendo para llamar por teléfono en el pasillo a las 6h… aunque MC se encarga rápido de ellos!

 

Despertados de buena mañana, salimos con el gerente del homestay a dar una vuelta en barco (200.000D/p) hasta una pequeña isla para pescar (los peces son pequeñísimos) y bucear (los corales son bonitos pero no hay muchos peces).

Por la noche, salimos a dar una vuelta por la playa que parece más un camping que una playa, llena de tiendas de campaña, hogueras y gente de fiesta. Nos unimos a un grupo (bueno, nos incrustamos) que está de fin de semana pagado por la empresa que nos piden de participar en un karaoke y cantamos “Aux Champs Elysées”, o eso intentamos. Como es habitual aquí, los vietnamitas insisten para que les acompañemos a beber happy water (que sabia un poco a rayos). Luego MC se va a acostar y Tibo y Luc se quedan con sus nuevos amigos y terminan la velada con un baño en el mar que le cuesta a Tibo otra herida en el pie.

 

Tras dar una vuelta por el mercado para hacer la provisión de fruta, consacramos el día a descansar e ir a la playa.

Como nos sentimos bien en esta isla, lejos del tráfico incesante de motos, decidimos pasar un día más de lo previsto inicialmente.    

Queremos alquilar unas bicis o unas motos para dar la vuelta a la isla (15km). Pero, al llegar, ya no quedan bicis disponibles y los extranjeros no pueden alquilar motos (seguramente conducimos demasiado bien en comparación con los vietnamitas que dudamos tengan permiso de conducir…).

Dejamos a Tibo (que no puede andar por culpa de su nueva herida) en el homestay y salimos a andar alrededor de la isla. Tras 4Km andando, el calor nos hace renunciar y nos cobijamos bajo un árbol de piñas en la playa que se encuentra al oeste de la isla (a 1,5Km de nuestro homestay). El snorkeling es más interesante que ayer, una pena no haber descubierto el lugar antes!

 

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Hoi An (14 & 19 - 20/07/2016)

Nos vamos de la isla a las 9h del día siguiente, esta vez, en speedboat. En 20 minutos llegamos a Cua Dai donde cogemos un taxi hasta el centro de Hoi An (100.000D).

Salimos a visitar la ciudad pero hace demasiado calor, así que decidimos volver al hotel y esperar a que se hagan las 15h.

Hoi An es un bonito pueblo con casas de estilo colonial atravesado por un río.

Sin embargo, el pueblo es una enorme tienda de souvenirs y el turismo ha terminado por hacerle mal (habitantes poco simpáticos, precios exagerados, turistas omnipresentes…).

Como no hubiera podido ser de otra forma, pasamos lo que queda de tarde de tienda en tienda de souvenirs, en medio de una multitud contenta por tener, temporalmente, un poder adquisitivo mayor.

Después de 3 semanas con Tibo, le decimos adiós: él se vuelve a Hanoi, al norte, mientras que nosotros continuamos hacia Ho Chi Minh (antiguamente Saigon) al Sur.

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Ho Chi Minh City (21 - 23/07/2016)

Un shuttle pasa a buscarnos al hotel y nos conduce hasta la estación de trenes de Da Nang (1h, 120.000D/p; también se puede llegar con un autobús de línea). Nuestro tren sale a las 11h30 (800.000D en “soft seat”; nuestro hotel decía que los trenes estaban llenos y que la página de los ferrocarriles vietnamitas no nos iba a dejar pagar con tarjeta, sin embargo, pudimos reservar en la página www.baulau.vn) para 17h de viaje con unos vecinos que no tienen asientos adjudicados y alternan entre sentarse en los asientos que se quedan libres y tumbarse en el pasillo central (con un niño de 5 años) durante el viaje.

Con la ayuda de tapones para los oídos y de unos antifaces, conseguimos casi dormir.

 

Sobre las 5h de la mañana llegamos a la estación de Ho Chi Minh, y nos vamos andando hasta el hotel Nguyet Van (15€ habitación doble) en el centro, a 3Km de allí. Al llegar, todavía es demasiado pronto para poder hacer un “early check in” y, como el hotel está completo, el recepcionista nos informa de que nuestra habitación estará lista a partir de las 12h!

En vez de terminar la noche en el hotel, salimos a visitar la ciudad a la hora en que los vietnamitas están más activos… pero antes, nos paramos a recargar las pilas con un buen café vietnamita y un bocata Banh Mi.

 

Pasamos primero por el Tao Dan Park donde nos sorprende ver tanta gente haciendo ejercicio a una hora tan matinal: bádminton, aerobic, footing…

Seguimos avanzando, como zombis, hacia la Catedral de Nuestra Señora de Saigon donde una pareja de recién casados hace un reportaje fotográfico; frente a ella, contemplamos el edificio de correos diseñado por Gustave Eiffel.

De allí, vamos hasta la pagoda del Emperador de Jade, ennegrecida y ahumada por las centenas de bastoncillos de incienso que se consumen, antes de seguir el río hacia el sur pasando por la Mezquita Central de Saigon y la torre de finanzas Bitexco (nos preguntamos qué hace una torre así en mitad de una ciudad como ésta).

Llegamos al Ho Chi Minh Museum (10.000D) que visitamos con el propósito de ocupar el tiempo que falta hasta que tengamos la habitación disponible. Este personaje es una figura emblemática de Vietnam y deseamos conocer más cosas sobre la persona; sin embargo, el museo está consagrado a documentos históricos que hacen refencia a HCM pero no presenta ninguna biografía para los principiantes como nosotros, por lo que no tardamos mucho en irnos hacia el hotel, completamente agotados.

Por la tarde, por fin descansados, queremos ir a cenar al barrio mochilero (calle Bui Vien), pero cuando llegamos y vemos que sólo hay turistas, cambiamos de opinión. Terminamos parándonos en un restaurante que hacen marmitas vietnamitas, una cacerola con un caldo, en nuestro caso de pescado, donde se ponen a hervir verdura (150.000D).

 

Empezamos nuestro último día en Vietnam yendo al mercado Binh Tay, en el barrio chino de Cholon (bus n°1 desde la avenida Tran Hung Dao, bajar en el terminus, 30min, 5.000D).

Este barrio chino es, por lo visto, el más grande del mundo, pero una vez allí, a penas uno se da cuenta de estar en un barrio chino. En lo que al mercado se refiere, es más bien un bazar como cualquier otro, cierto, algo más grande, pero muy parecido a los que ya hemos podido visitar en Vietnam o en otros países asiáticos.

     

Después de coger el autobús en el otro sentido, vamos al museo de los Vestigios de Guerra (War Remnants Museum), uno de esos museos difíciles de soportar, pero importante para entender la memoria colectiva. Este denuncia los crímenes de guerra cometidos por los americanos y los daños causados (como las consecuencias del agente naranja, producto a base de dioxina, que causó malformaciones a las generaciones futuras); todo está perfectamente documentado con fotos y objetos de la época.

 

Aprovechamos de estar por el centro para ir a comprar los billetes de autobús para salir al día siguiente dirección de Phnom Penh, en Camboya (7h, 10$ con la compañía de autobuses Capitol, salida desde la estación situada al extremo oeste del parque 23/09). Aprovechamos igualmente para cambiar los Dongs que nos quedan por Dólares.

 

Nos presentamos a las 8h30 para coger el autobús de las 9h. Tememos el paso de la frontera porque sabemos que hay muchos “timos” con el visado, y, aunque se trata sólo de pocos dólares, no queremos contribuir a enriquecer a gente que intenta sacar dinero de forma abusiva de los turistas.

Al principio del viaje, el acompañador del autobús nos coge los pasaportes y nos pide 35$. El visado cuesta 30$, los 5$ suplementarios son por el servicio de ocuparse de nuestros visados. Como le indicamos que no queremos pasar por él para hacer el visado, nos indica que no hay ningún problema pero que si tardamos más de 30 minutos en hacer el papeleo, tiempo que ellos emplean en comer al lado de la frontera, se irán sin nosotros. Nos está menazando?!

Pese a todo, se ocupa sin ningún gasto de nuestro visado de salida de Vietnam y nos da los formularios que tenemos que rellenar para entrar en Camboya.

 

En el puesto fronterizo vietnamita, nuestro acompañante pone nuestros pasaportes en la pila de pasaportes que están esperando. Tras 15 minutos, tenemos el visado de salida (si hubiéramos hecho la cola individualmente hubiéramos tardado menos tiempo).

Luego el autobús nos deja en la frontera de Camboya. En general, el timo proviene de la persona responsable de canjear el dinero para el visado que decide aumentar la tarifa. Sin embargo, no resulta ser nuestro caso. Damos los 30$ (justos para que no tengan que darnos las vueltas), una foto carnet y el formulario rellenado y en 5 minutos pasamos la frontera (en ausencia de foto hay que pagar 2$ más para que escaneen la foto del pasaporte).

Cuando nos presentamos en el restaurante en un tiempo récord, nuestro acompañante casi se atraganta con la sopa.

 

Volvemos a subir al autobús que nos conduce tranquilamente hasta la capital de Camboya, Phnom Penh.      

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Conclusión Vietnam
- Coste barato de la vida
- Comida buena y variada
- Población alegre y festiva
- Magníficos paisajes en el norte del país
- El clima en Julio no es agradable
- Muy turístico
- La gente no es siempre simpática
- Los scooters, un verdadero peligro!
Bas

Transportes: Existen diferentes estaciones de autobuses en función de donde se quiere ir,  es mejor reservar los billetes pasando por el hotel. Como en China, los autobuses son mayoritariamente con literas, lo que hace que el trayecto resulte, paradoxalmente, más cansino en largos viajes. Se puede comprar fácilmente los billetes de tren en la estación. Hay muchas compañías aéreas low cost, con horarios y salidas inciertos (si el vuelo no va lleno, suelen anularlo en el último minuto). Podéis comparar y reservar vuelos, trenes y autobuses en la página www.baolou.vn.

Alojamiento: los más baratos (<10$ la doble) están bastante limpios. Hay mucho donde elegir.

Comida: Numerosos stands de comida en la calle y vendedores ambulantes. El café está delicioso. La tradición del Bia Hoi (cerveza de barril) es una de las cervezas más baratas del mundo.

Ocio: El tiempo en el mes de julio no ha sido el más propicio a las visitas: en el norte tuvimos el monzón y en el centro y sur el clima era seco con temperaturas (demasiado) altas.

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